lunes, 3 de septiembre de 2012

LA MAGIA DEL MENTISAN

Desde el Altiplano hasta el Amazonas, desde el edificio más alto hasta la humilde casita altiplánica, desde el campamento minero a la oficina urbana, hay un producto que está presente entre los bolivianos, un ungüento alcanforado conocido popularmente como Mentisan.



Se dice que puede combatir la tos, la gipe y el resfrío; descongestionar las vías respiratorias; calmar dolores reumáticos y neurálgicos y aliviar quemaduras y picaduras de insectos.Incluso hay quienes le atribuyen el alivio a males espirituales.

Su composición no es un misterio, es mas bien simple, pero por alguna misteriosa razón, el poder curativo
de esta crema aromática tiene como uno de sus componentes más importantes, la fe. Su poder está en ella, en las cualidades de la menta y en algo también inasible muy cercano a la magia.

HISTORIA

El Mentisán, cuyo nombre surge de las palabras "menta" y "sanar", fue desarrollado en 1937 por el alemán Ernesto Schilling, quien se instaló en Bolivia en 1925 procedente de su natal Hamburgo.

Schilling, un ex combatiente de la Primera Guerra Mundial, llegó a La Paz por un aviso en un periódico de su país de un compatriota en Bolivia que pedía un "técnico droguista", como se conocía entonces a quienes preparaban productos de farmacia.

Tras instalarse en La Paz, Schilling comenzó a experimentar con plantas para combatir los resfrios, un mal común en los Andes. Un anafe hecho en Inglaterra fue el primer recipiente donde ideó su pócimas. Así, cual mago antiguo, creó su producto, que llegó a tener muchas más aplicaciones y, vendido en su tradicional latita verde redonda y chata, se arraigó fuertemente entre los bolivianos de todo estrato social.

Usos y mercados

La forma de uso del mentisán es muy sencilla, se aplica en forma de masajes o friccione en el cuerpo donde se sufre alguna dolencia, lo cual eleva la temperatura y provoca, primero, una sensación de alivio, y gradualmente una mejoría.

La pomada se vende en recipientes metálicos de 15 y 25 gramos y en envases plásticos de 60 gramos, con precios que oscilan en los mercados locales entre los 6 y 20 bolivianos (de 0.86 a 2.8 dólares). Aunque su presentación en pasta es la más común, también se vende en granos, para diluir en agua caliente y jarabes.


INTI fabrica cada año 6.000.000 de unidades y desde que comenzó la producción, hace 75 años, ha emitido 75 millones de unidades.

Actualmente, la fábrica exporta a los paises de Paraguay, Argentina, Brasil, Alemania, Estados Unidos y España.

El Mentisan es una marca registrada y la empresa paga patentes en Europa, Estados Unidos y América para que no se copie el producto.

Vía El Deber

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