En primer lugar, está establecido el hecho de que, hasta la fecha, todo hace suponer que la carga eléctrica en un electrón es siempre la misma. En otras palabras, un eléctron de hidrógeno y uno de platino o de uranio son en realidad una misma cosa: cierta carga eléctrica negativa de valor igual.
Siendo cargas idénticas, es razonable que sigan las mismas leyes físicas y produzcan los mismos efectos eléctricos. En esta forma, las manifestaciones que notamos, tienen que estar producidas por un número