REPARACION DE ARTEFACTOS ELÉCTRICOS - HERRAMIENTAS E INSTRUMENTOS.

Durante el trabajo práctico de reparación de aparatos eléctricos domésticos, es necesario tener un conocimiento definido de las herramientas que se van a utilizar.

Para empezar, un cortaplumas de bolsillo es sumamente útil para realizar varios trabajos y nunca debe faltar
en el bolsillo. No se debe emplear navajas demasiado afiladas, porque dañan fácilmente a los alambres y tampoco son lo suficientemente fuertes.

Otro elemento de mucha importancia es la regla en pulgadas. Si la regla tiene medidas también en centímetros será más útil.

Como se observa en la figura de abajo, los martillos que existen para usar en el trabajo son diferentes y aqui ilustramos tres tipos. Aunque parece que todos sabemos cómo usar un martillo, en la práctica gran parte de las personas cerece de habilidad para hacerlo, y de instrumento útil se convierte en instrumento de demolición.

El mango de un martillo tiene una forma especial tal que la parte más próxima a la cabeza, es más delgada que el mango mismo. Esto se fabrica así por razones de distribución de fuerza y elasticidad y que aseguran al mango una larga vida en condiciones normales de uso. La mano debe tomar al martillo cerca del extremo, pero no muy cerca de la punta. Nunca debe agarrar el mango  muy cerca de la cabeza del martillo, precisamente por ser más delgada esta parte del mismo, lo cual impide agarrarlo correctamente.

Al dar golpes con el matillo, el lado plano que golpea debe ser paralelo a la superficie sobre la cual se da el golpe, porque de otro modo el martillo resbalará con facilidad.

Como la cabeza del martillo se sujeta al mango por medio de unas cuñas, es absolutamente indispensable que ambas piezas estén tan bien apretadas que finalmemte formen una sola. No hacerlo así y permitir que la cabeza se quede suelta, casi siempre resulta en un accidente personal. Si la cabeza del martillo tiene desportilladuras, debe desecharse porque perjudicará en el momento menos pensado.

Con frecuencia se le van a presentar remaches, que son extensamente usados en toda clase de maquinaria. Muchas veces, el fabricante decide que ciertas piezas no deben removerse por ningún motivo, y que si llegaran a estropearse es necesario cambiarlas íntegras. Otras veces, trata de asegurar un determinado mecanismo de manera tal que no esté sujeto a soltarse. En ambos casos, emplea remaches de variadas formas que no admiten el empleo de desarmadores ni llaves.

Pero cuando no es posible ni fácil conseguir sólo la pieza en cuestión, una persona hábil puede hacer la reparación, extrayendo los remaches. Para lograrlo se puede usar el cincél, junto con los punzones.

En este caso el experto tiene que administrar muy bien sus golpes de martillo, en conjunto con los cinceles y los punzones que sean más adecuados a la forma del remache para poder eliminarle la cabeza sin estropear el agujero en que está instalado.

Para esto, conviene fijar muy bien la pieza, ya sea en la mesa de trabajo o en la prensa que dispone en un borde de esa mesa.

Mediante el cincel más afilado, y de ángulo más adecuado, deberá dar golpecitos suaves a todo el contorno del remache sin provocar abolladuras de la plancha en que está sujeto. Estos golpecitos, mueven algo el remache pero ante todo permiten que el cincel remangue un poco la cabeza de modo que el cuello del remache quede enfrentado al cincel.

Luego, podemos golpear con algo más de fuerza (dependiendo de lo delicado del objeto sujeto a desarme) siempre al contorno buscando degollar el remache. Finalmente habremos logrado descabezarlo pero casi siempre queda muy bien prendido el cuello. Aquí interviene el punzón de grueso nunca mayor al agujero donde está el cuello del remache.

Nuevamente con el martillo y mediante golpes bien calculados en fuerza y dirección, es posible desplazar para afuera el remache y por tanto desprender la unión. Naturalmmte, si hay forma de cambiar la pieza entera será lo mejor. Este es un ejemplo claro de como se usa martillo-cincel-punzón en un caso particular.

Aquí no termina la inmensa utilidad del cincel y el punzón. Este último se puede emplear nuevamente utilizando el tipo de punta plana, para remachar al nuevo remache que coloque cuando arme la pieza, y para esto, los golpes deberán ser muy bien dirigidos, cuidando que la cabeza de fabricación del remache apoye bien por el lado contrario en una superficie dura adecuada, para que el punzón plano haga de remachador sobre el otro extremo del remache para aplastarlo sujetando la pieza en una unión duradera y resistente.

Los punzones agudos sirven también para marcar piezas. Es de lo más indispensable que antes de desarmar piezas las marque con unas rayas, con unas "equis", o cualquier otra marca tanto a una pieza como a la que le acompaña, para que al armarlas no queden dudas acerca de dónde iban colocadas originalmente.

Existen más herramientas que facilitan la labor del técnico en reparación, pero será tema de una nueva entrada.